A pesar de que la Tasa de Política Monetaria (TPM) ha bajado a un 4,75%, el comportamiento de las tasas de interés y el crecimiento del crédito continúan siendo un reflejo de la cautela en el mercado.
Sheriff, líder en inteligencia de riesgo para empresas y personas, presenta su nuevo informe sobre el sistema bancario chileno, revelando un panorama de continuos ajustes y señales mixtas a julio de 2025. A pesar de que la Tasa de Política Monetaria (TPM) ha bajado a un 4,75%, el comportamiento de las tasas de interés y el crecimiento del crédito continúan siendo un reflejo de la cautela en el mercado.
El costo del financiamiento sigue siendo un factor clave en la dinámica económica. A julio de 2025, la tasa promedio de los créditos de consumo se ubicó en 24,0%. Si bien representa una baja significativa respecto al 25,18% de julio de 2024, aún se mantiene muy por encima del 20,50% de julio de 2019 (pre-pandemia), lo que subraya una persistente percepción de riesgo.
Para los créditos de vivienda, la tasa promedio fue de 4,36% en julio de 2025. Comparado con el 5,03% de julio de 2024, muestra una clara mejora, pero sigue lejos del favorable 2,55% de julio de 2019.
En cuanto a las empresas, la tasa promedio fue de 8,71% en julio de 2025. Esto es inferior al 9,88% registrado en julio de 2024, indicando un leve alivio para el sector productivo. Sin embargo, este valor es notablemente superior al 5,60% de julio de 2019, mostrando que el financiamiento empresarial sigue siendo considerablemente más costoso que antes de la pandemia.
"Aunque las tasas de interés muestran una tendencia a la baja en sintonía con la TPM, el encarecimiento del crédito de consumo y para empresas, en comparación con los niveles pre-pandemia, sigue siendo una preocupación. El sistema continúa percibiendo un riesgo elevado, lo que se traduce en condiciones más restrictivas y frena la reactivación económica", señala Vicente Cruz, CEO de Sheriff.
El indicador total de provisiones bancarias, que refleja la estimación de pérdidas por créditos, se situó en 2,57% a julio de 2025, un ligero aumento respecto al 2,56% de julio de 2024. Este valor es superior al 2,50% de julio de 2019.
El foco de atención sigue estando en los créditos de consumo, cuyas provisiones se ubicaron en 8,27% en julio de 2025. Esto representa un aumento respecto de julio de 2024 (8,11%), lo que refuerza la cautela de los bancos frente a este segmento. Las provisiones para empresas se mantuvieron estables en 2,61% (vs 2,65% en jul-24 y 2,36% en jul-19), y para vivienda en 0,65% (vs 0,60% en jul-24 y 0,71% en jul-19).
"El alza en las provisiones de consumo es una señal de alerta persistente. No se trata solo de la TPM; el mercado sigue ajustando por riesgo. Mientras la percepción de inestabilidad en los hogares no disminuya, veremos tasas altas y provisiones elevadas que impactan directamente el bolsillo de las personas y la liquidez bancaria", indica Vicente Cruz.
La calidad de la cartera bancaria mostró movimientos mixtos en julio de 2025:
En Consumo, la mora fue del 2,40% en julio de 2025, una mejora desde el 2,69% de julio de 2024, pero aún por sobre el 2,20% de julio de 2019. En Vivienda, la mora se situó en 2,44% en julio de 2025, un aumento significativo desde el 2,11% de julio de 2024 y el 2,23% de julio de 2019.
En Consumo, la cartera deteriorada fue del 6,51% en julio de 2025, una baja relevante desde el 7,58% de julio de 2024, acercándose a los niveles pre-pandemia (6,99% en julio de 2019).
En Vivienda, el indicador subió a 5,29% en julio de 2025, mayor al 4,88% registrado en julio de 2024 y también por encima del 5,10% de julio de 2019.
"Si bien observamos mejoras puntuales en ciertos segmentos, la tendencia general de deterioro de cartera respecto a niveles pre-pandemia y el repunte en la morosidad hipotecaria exigen una vigilancia constante. Los bancos siguen actuando con prudencia, reflejando que la estabilidad no está consolidada", advierte Vicente Cruz.
La variación real de los préstamos bancarios en los últimos 12 meses sigue siendo un indicador clave del dinamismo económico:
"Los números de julio confirman que el crédito no fluye con la fuerza necesaria para impulsar una reactivación vigorosa. A pesar de ligeras mejoras en la morosidad y un repunte en el crecimiento de préstamos de consumo respecto al año anterior, los bancos se mantienen restrictivos por la percepción de riesgo en los hogares y la economía general. Es una señal de mejora que, aunque con matices, tiene a generar esperanzas", concluye Vicente Cruz, CEO de Sheriff.